Quien decide pasar unos días en el Hotel Princesa Yaiza, en el sur de Lanzarote, se marcha tan encantado que suele volver. Y la razón es bien sencilla: este resort de cinco estrellas lujo engancha. Su universo derrocha la frescura de una gran ciudad colonial, con edificios bajos rematados por cúpulas redondas. Todo muy blanco y festivo, pero con carácter. En medio, seis piscinas enormes entre perfectas veredas y largas palmeras que protegen del viento. Un oasis privilegiado a dos pasos de Playa Blanca.